Esta exposición permanecerá abierta hasta el 20 de enero de 2025 en la vitrina Extensional de la Plataforma Cultural UCH, Campus Juan Gómez Millas.

El 30 de octubre de 2024 se conmemoran 70 años de la constitución formal de la Antropología en la Universidad de Chile, con la creación del Centro de Estudios Antropológicos. A lo largo de estos años hemos transitado por un sinuoso derrotero institucional, que nos ha llevado por distintas locaciones al ritmo de los cambios sociales, históricos y políticos que ha vivido el país. Hemos sido testigos de cambios en el quehacer y en el enseñar nuestras disciplinas –antropología social, arqueología y antropología física- así como de su lugar en la sociedad.

Esta muestra es una primera apuesta por mirar retrospectivamente las siete décadas de trayectoria de la Antropología en la Universidad. Nos propusimos hurgar en archivos institucionales y personales, y así participar de un ejercicio de memoria colectiva que fue tomando fuerza lentamente. El proceso nos llevó a apreciar y maravillarnos con los vestigios que perduran y preguntarnos por los que no están.

Lo que aquí reunimos es una historia incompleta. Es el resultado de un intento por mirarnos desde otra perspectiva, apelando a lo que queda archivado en sonidos, papeles, fotografías y artefactos, y ver cómo dialogan con los principales hitos de la Antropología en la Universidad de Chile. Esperamos que a partir de este ejercicio se activen muchas otras historias a medida que se vayan des-archivando tantos otros objetos, sonidos y recuerdos.

Departamento de Antropología, Universidad de Chile, 2024

La institucionalización

1954

El Centro de Estudios Antropológicos (CEA) se creó el 30 de octubre de 1954, con la misión de integrar formalmente la Antropología a la Universidad de Chile, en el marco de una política de expansión de la investigación científica impulsada por el rector Juan Gómez Millas. El antecedente directo fue una serie de cursos y seminarios que dictaron el antropólogo norteamericano Richard P. Schaedel, profesor visitante en la Facultad de Filosofía y Educación en 1953, Grete Mostny (Jefa de la Sección de Antropología del Museo Nacional de Historia Natural) y el antropólogo Ismael Silva. Fue el propio Schaedel quien asumió como primer director del Centro. Dentro de sus filas, destacan integrantes predominantemente masculinos: Carlos Munizaga, Bernardo Berdichewsky, Gonzalo Figueroa, Eduardo Humeres, Francisco Reyes, Juan Munizaga, Alberto Medina y Jorge Kaltwasser, con la excepción de Ximena Bunster, quien se suma en la década de 1960, al igual que Mario Orellana.

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Universidad de Chile, Decreto Nº3510: Creación del Centro de Estudios Antropológicos, 30 de Octubre de 1954.

Formación y publicaciones

El Centro de Estudios Antropológicos se dedicó a ofrecer los primeros cursos sistemáticos de formación en distintos ámbitos de la antropología, dictados por especialistas chilenos y extranjeros en diversas facultades. Algunos de los invitados internacionales fueron Paul Rivet, Osvaldo Menghin, Joseph Emperaire y Anette Laming-Emperaire, Alfred Metraux y William Mulloy. Paralelamente, varios de los integrantes del Centro -que en su mayoría eran aficionados ya que provenían de otras disciplinas o profesiones- contaron con el apoyo institucional para perfeccionarse en el extranjero tanto en antropología social (Carlos Munizaga), como arqueología (Bernardo Berdichewsky) y antropología física (Juan Munizaga). La creciente producción científica de los integrantes del CEA fue quedando plasmada en varias series de publicaciones tanto monográficas como de comunicaciones breves entre las que destacan Arqueología Chilena, Antropología Física Chilena, Notas del Centro de Estudios Antropológicos y el Boletín de Arqueología y Prehistoria.

Entrevista Fernanda Fallabella Entrevista Eugenio Aspillaga

Investigación

El fuerte del CEA era la investigación, algunas de ellas impulsadas por los investigadores internacionales invitados, como las prospecciones de Schaedel por el norte del país, Mulloy en Isla de Pascua o Menghin en la zona sur, pero también otras conducidas por los integrantes nacionales. El arqueólogo Mario Orellana realizó numerosas campañas de terreno al interior de la II Región de Antofagasta en el poblado de Chiu Chiu y alrededores, contribuyendo al primer reconocimiento y caracterización de las ocupaciones de cazadores-recolectores de la cuenca media del río Loa . Entre las investigaciones en el campo de la antropología física, por su parte, destaca el proyecto realizado por Juan Munizaga a solicitud de la CORFO, cuya meta era realizar una evaluación de la adaptación biológica de las poblaciones de la provincia de Chiloé. En cuanto a la Antropología Social, Carlos Munizaga destacó por sus estudios sobre la migración mapuche a Santiago, concentrándose en la Quinta Normal y alrededores.

1971

Del CEA al Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología

A través de los años, el Centro de Estudios Antropológicos transitó administrativamente por distintas unidades académicas de la Universidad de Chile. Sólo en 1971 se concretó la apertura del Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología. Este cambio fue fundamental ya que permitió ofrecer un programa de Licenciatura en Antropología con menciones en Antropología Social y Arqueología. Antes de este hito solo era posible ingresar a partir de estudios realizados en otras carreras de la Universidad (p.e. Filosofía, Historia, Geografía). Con la creación del Departamento se inaugura la nueva “casa” hecha de concreto, que se sumó a las antiguas casitas prefabricadas que ocupaba el CEA en la sede Oriente de la Universidad, más conocida como “El Pedagógico”, en la calle Macul.

El Departamento siguió estando integrado por un plantel eminentemente masculino y el arqueólogo Mario Orellana asumió la primera dirección, tras cumplir un rol fundamental como uno de los impulsores de la creación del Departamento. Ese mismo año la Universidad, a través de esta nueva unidad, tomó el desafío de acoger como sede al VI Congreso Nacional de Arqueología Chilena.

Entrevista Andrés Recasens

Este era el ambiente que se vivía por esos años en el Instituto Pedagógico y en el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile. Del Departamento de Historia y Geografía, traíamos la práctica del “pastoreo”, la alegría de los prados del Pedagógico, que habían acogido a largas generaciones de destacados pensadores, investigadores y pedagogos. Traíamos los aires renovados como consecuencia de la Reforma Universitaria de los años precedentes, la “revolución de las flores” y sus consecuencias, los cambios en la música, el movimiento literario latinoamericano que lo situaban como un gran movimiento cultural para mostrar y soñar la América mestiza. Algunos también traíamos el sueño socialista para un Chile más igualitario, por lo que considerábamos eran necesarios cambios profundos.

Mauricio Massone, Testimonio completo en “Recuerdos de un alumno de arqueología perteneciente a la generación de 1971

1971 puso término a la dorada época de los 60 en nuestra vida universitaria, inaugurando otra de gran efervescencia política debido a las peleadas elecciones presidenciales del año anterior. Aunque muchos alumnos del recién fundado Departamento siguieron manteniendo en reserva sus preferencias políticas, con Allende como Presidente los estudiantes izquierdistas del Departamento empezamos a expresar más abiertamente nuestra orientación ideológica. Vivíamos, sin embargo, una bochornosa contradicción: éramos alumnos de uno de los departamentos percibidos como más “reaccionarios” (era el lenguaje de la época), en medio de unos de los campus más “revolucionarios” (ídem).

José Berenguer, Testimonio completo en “Memorias y desmemorias de un estudiante de arqueología de fines de los 60 y comienzos de los 70”

La vida en la Universidad, en la casita de Antropología, transcurría en las tardes, no se hacía clases en la mañana y teníamos dos o tres referentes sociales que eran muy importante para la vida nuestra: Los Cisnes, restaurant de la esquina, el Café Pushkin a la vuelta por Grecia y Las Lanzas en La Plaza Ñuñoa. La Escuela era pequeña, tenía poca gente, yo era de la segunda promoción, había una primera promoción que había ingresado el año 1971 de un grupo que se había trasladado de otras carreras a Antropología.

(…) Mi curso es una muestra significativa de la diversidad de esos tiempos. Mis compañeros eran de todos los orígenes sociales, un grupo muy heterogéneo. Enrique que era campesino; un compañero mapuche, aunque lo étnico no existía en ese momento, él era parte del Movimiento Campesino Revolucionario. El profesorado era más conservador que liberal; teníamos profesores como Mario Orellana, democratacristiano; Manuel Dannemann, que era conservador; Patricio León, un metodólogo vinculado al Partido Comunista, que era exageradamente serio, de la línea dura; el profesor Oxley, que era un no vidente, un psicólogo; tengo el privilegio de haber estado con los principales geógrafos de Chile, como Pedro Cunill; después del Golpe llegó Vogel; don Juan Munizaga en Antropología Física; Gilberto Sánchez y Ambrosio Rabanales en Lingüística. Teníamos una relación de mucho respeto con ellos.

Testimonio de Juan Carlos Skewes, Antropólogo de la Universidad de Chile. Actualmente es académico del Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado

Los primeros años del Departamento en la oscuridad de los setenta

1973

Apenas dos años después de creado el Departamento y la Licenciatura en Antropología, el Golpe de Estado estremece al país. Si bien la carrera permanece abierta durante la dictadura, la universidad es fuertemente intervenida por los militares. Ello se traduce en la exoneración de profesores, estudiantes y funcionarios, la designación de 9 rectores (sólo los dos últimos civiles), el control de contenidos y la represión y persecución de actividades políticas, por nombrar algunas de las consecuencias del régimen.

Algunos testimonios de ex estudiantes y ex profesores sobre este período señalan:

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General Pinochet y rector designado General Agustín Toro Dávila en Casa Central, Archivos UCH.

Ingresé a la carrera en 1972 y me tocó estar allí para el Golpe de Estado, viví todo lo que significó eso para la Escuela de antropología. A pesar de que como Escuela fuimos muy tocados, sobre todo los estudiantes, la Escuela siguió funcionando ahí en una casa que había dentro del Pedagógico y creo que pudimos continuar con la antropología porque el director del departamento era don Mario Orellana, que era demócratacristiano, y eso significó que dentro de todo lo que pasó ahí en el Pedagógico, nosotros pudimos quedar con algunos profesores y algunos estudiantes, y digo algunos porque entramos cuarenta y cinco a estudiar la carrera y solo egresamos doce. Mi tesis de licenciatura se la dediqué a mis compañeros que no pudieron llegar al final.

No tengo un recuerdo claro del día del golpe. Sé que se suspendieron las clases y estuvimos un tiempo, tal vez meses, sin clases. En ese momento, por supuesto, la preocupación era otra. Para mi el golpe fue doble, o triple, porque primero estaba como estudiante allí en Macul, una zona muy golpeada por la represión, luego, mi padre, General de la Fuerza Aérea, era Subsecretario de Aviación del presidente Allende y, tercero, yo era bastante cercana al Partido Comunista, nunca firmé como militante, pero asistía a las reuniones, capacitaciones, entrenamientos, etc., entonces cuando se suspenden las clases, la preocupación era otra, había que saber dónde estaban los compañeros detenidos y apoyar a los que habían tomado presos.

Testimonio de Marietta Ortega, antropóloga de la Universidad de Chile, actualmente es académica del Departamento de Antropología de la UTA.

El año 1973 era ayudante, ayudante meritante, cosa que fui muchos años justamente por el Golpe. Estaba estudiando Arqueología, una carrera nueva, y convalidando muchos créditos que había hecho antes. También estudiaba Filosofía, aunque ya había egresado y solo me restaba hacer la memoria. Era también madre de dos hijos.

(…) La Universidad cambió para siempre, la Universidad de Chile cambió para siempre, para siempre. Independientemente que esto vaya asociado a la modernidad y a lo que tú quieras, cambió para siempre y los niveles de confianza se rompieron a puntos indisolubles. Personas que uno conocía que nunca más te saludaron, que estaba del mismo lado, pero que se asustaron. ¿Qué iba uno a hacer? ¿Por qué iba uno a criticar a alguien que se asustaba? Años después, las encontrabas otra vez y te decían “era mejor no saludarte”. También hay gente que con el paso del tiempo ha declarado que estaba en contra de todo lo que pasó pero no lo estaba; hemos perdonado montones de cosas.

Testimonio de Victoria Castro, Arqueóloga y Profesora Emérita de la Universidad de Chile.

En este contexto de incertidumbre y conmoción, el Departamento recibió a estudiantes cuyas carreras de antropología fueron cerradas, como las de Concepción y Temuco. Por varios años se convirtió en el único lugar del país donde se podía estudiar la disciplina.

A mediados de la década de 1970 comienzan a egresar los primeros Licenciados en Antropología con mención en Arqueología: Luis Rodríguez (1975), José Berenguer (1975), Rubén Stehberg (1976). Un par de años después, se suman los primeros Licenciados en Antropología Social: Arturo Leiva (1977), Marcelo Arnold (1978) y Juan Carlos Skewes (1980). A la par, llegan las primeras Licenciadas con mención en Arqueología: Jacqueline Madrid (1977), Ana María Barón (1979), Fernanda Falabella y María Teresa Planella (1979), y luego en Antropología Social: Milka Castro (1980), Sonia Montecino (1980), Marietta Ortega (1980).

Entrevista Sonia Montecino Entrevista Rolf Foerster

Por esas mismas fechas el Departamento crea la Revista Chilena de Antropología que, en palabras de Manuel Dannemann -Director del Departamento en ese entonces- refunda y da continuación a publicaciones anteriores, como Antropología y el Boletín de Prehistoria. A diferencia de sus predecesoras, esta revista reúne en sí misma, temas de antropología social, arqueología, etnología, antropología física y etnohistoria. A pesar de todo, la investigación en terreno siguió su curso. Un ejemplo son los extensivos trabajos de la profesora María Ester Grebe en diversas regiones del país, desde el Norte Grande hasta la zona mapuche, donde produjo un enorme corpus de registros sonoros y fotográficos de ritos ancestrales, fiestas religiosas y folclor chileno.

Entrevista Roberto Izaurieta

Los ochenta movilizados

1981

Exilio a Campus La Reina

Asociado al desmantelamiento de la Universidad de Chile en dictadura, y en el contexto de la desarticulación del Instituto Pedagógico que ocupaba gran parte de las instalaciones en Macul, el Departamento de Antropología fue trasladado al campus de La Reina, ubicado en la Av. Alcalde Fernando Castillo Velasco casi al llegar al canal Las Perdices, en esos tiempos prácticamente en los extramuros de la ciudad.

El profesor Eugenio Aspillaga, en ese entonces ayudante de antropología física de Juan Munizaga, recuerda:

La sede se empezó a cerrar poco a poco y cuando llegamos de las vacaciones el año 1981, nos encontramos con camiones estacionados y el Pedagógico lleno de militares. Empezaron a tomar nuestras cosas, las colecciones, todo a la fuerza. Las personas que estaban cargando los camiones no tenían nada que ver con la Universidad, se caían los huesos, se caían las cerámicas, era dantesco.

Don Juan [Munizaga] se enfrentó a un Mayor de Ejército, que estaba con un bastón de mando. Era un colorín, años después lo vi como edecán, no me acuerdo si de Aylwin o Frei. Don Juan lo increpó y le dijo que esas cosas eran de importancia nacional, patrimonio del país, y se moderaron un poco. Vaciaron nuestras oficinas y dejaron los escritorios, no sabíamos adónde nos trasladarían. Como un mes después llegamos a La Reina.

(…) Algunos de los camiones que sacaron los libros nunca llegaron arriba y después los libros se encontraban en San Diego. Esto sirvió, aparte de todo el daño a la Universidad, para un robo masivo de libros.

Testimonio de Eugenio Aspillaga, Profesor de Estado en Biología y Ciencias Naturales de la Universidad de Chile, especializado en Antropología Física; Profesor Titular del Departamento de Antropología hasta 2018.

… en el año 1981, cuando llegamos en febrero como siempre y fuimos a cobrar nuestro sueldo al Decanato de Ciencias Humanas, había una lista en la pared que decía “todos los de Antropología a La Reina”. En historia había dos listas. Una que decía Pedagógico y otra que decía La Reina. Todos los departamentos que tenían pedagogía los dividieron en dos, unos para las licenciaturas que subían y los otros para las pedagogías que se quedaban. Además se informaba a los padres que teníamos a nuestros hijos en el jardín infantil de la Sede Oriente, que teníamos que retirarlos en dos días, porque el jardín pasaba a ser de esta nueva Universidad y para la comunidad, pero no para los de la Universidad de Chile. Para nosotros no fue tanto drama porque nos sacaron a todos juntos, pero para los que los dividieron fue atroz porque era un desarraigo, era no entender nada, sin ninguna explicación, y nos mandaron a La Reina.

Testimonio de Victoria Castro, Arqueóloga y Profesora Emérita de la Universidad de Chile.

Ex estudiantes, como el antropólogo Jorge Razeto, hoy Profesor Asociado del Departamento, sintieron que fueron “relegados” a ese campus. Razeto se encontraba en segundo año para el traslado y recuerda que, a diferencia de Macul, La Reina era un “ambiente de muy poca gente, con pocas carreras”. Cualquier actividad que hicieran eran “cuatro pelagatos, paraban 2 micros con suerte”. Ese mismo aislamiento, sin embargo, fomentó más “espacios de encuentro e intimidad, lo que permitió construir un grupo de mucho vínculo, bastante integrado” (Testimonio 2024).

1985

Estudiantes en la calle y en el aula

El relegamiento al campus La Reina terminó cuando en 1985 el Departamento tuvo un nuevo cambio de sede, esta vez en pleno centro de Santiago. La sección administrativa, laboratorios y algunas oficinas se encontraban en la Torre 15, en Portugal con Diagonal Paraguay, hoy sede de Servicios Centrales (Campus Andrés Bello), mientras que las salas de clase y biblioteca se ubicaban en “La Placa” (en la calle Marcoleta frente al Hospital de la Universidad Católica). Se trataba de instalaciones que pertenecen a la Remodelación San Borja, no concebidas como espacio universitario sino habitacional y/o comercial.

Fue una época en que la vida política adquirió mayor fuerza mediante la proliferación de huelgas y marchas contra la dictadura a nivel nacional. La proximidad de la Facultad con la Casa Central de la Universidad, favoreció que estudiantes expresaran allí su repudio a la dictadura en general, y a la intervención de la universidad en particular, especialmente durante el corto período del rector designado José Luis Federici, quien intentó implementar un “Plan de Racionalización Universitaria” (PRU) en 1987.

La Placa, 30 años después

Así lo recuerda una estudiante que cursaba tercer año en 1987:

La Placa es una suerte de eslabón perdido: una generación que sufrió el golpe de Estado en la infancia y adolescencia y que enfrentó la dictadura en cuerpo y alma, y que a pesar de la urgencia de sus desafíos de época era empática y solidaria con las necesidades populares, práctica en su actuar político y con un proyecto de país, que se nutría de las luchas de las generaciones que les antecedían y abierta a la reflexión y dialogo con diversos actores sociales y derivas intelectuales. Una generación con esperanza...

Testimonio de Marcela Díaz, Licenciada en Antropología Social Universidad de Chile, hoy investigadora FLACSO, Testimonio 2024.

1° Congreso de Antropología y vida académica

A mediados de los ochenta, ocurre un importante hito para la disciplina. Un grupo de antropólogos/as se organizan para conformar el Colegio de Antropólogos de Chile como una forma de resistir y luchar contra la dictadura cívico militar. En abril de 1984 sostienen la primera reunión, y en 1985 realizan el Primer Congreso de Antropología en la ciudad de Santiago. La Comisión Organizadora del Congreso fue presidida por Carlos Munizaga, quien en su discurso inaugural instó a estudiantes a producir estudios etnográficos de la Universidad como una forma de revelar las fuerzas externas que atentaban contra la disciplina y la libertad intelectual.

“La Placa” fue escenario también de los primeros terrenos institucionales. Tradicional era el de primer año en el curso de “Antropología biológica” dictado por los profesores Eugenio Aspillaga y Claudio Paredes a la Laguna El Peral o a Lo Valdés. En las micros de la Universidad estacionadas en la Facultad de Arquitectura, los grupos se desplazaban a conocer y describir la ecología del lugar.

El retorno a Macul

1993

Creación y fortalecimiento de Centros y Programas

Poco después del retorno a la democracia, el Departamento vuelve a Macul en 1993, esta vez al Campus Juan Gómez Millas. Junto con recuperar el espíritu de campus universitario, conviviendo con un mayor y diverso número de carreras en espacios pensados para ello, el Departamento se expande y consolida en cuanto a sus líneas de investigación y proyección nacional e internacional.

En 1993 se crea el Programa Interdisciplinario de Estudios de Género que luego pasará a convertirse en Centro Interdisciplinario de Estudios de Género. Fue el primer centro universitario del país consagrado exclusivamente a la investigación, docencia y extensión en temas de género. Su carácter pionero radica, además, en haber asumido de manera integral el desafío de la interdisciplinariedad dentro de un medio académico donde predominaban las divisiones disciplinarias y los enfoques parciales. Desde el año 2000, el CIEG ofrece el Magíster en Estudios de Género.

En las postrimerías de la década, se crean dos programas de postgrado haciendo eco de la ausencia de ofertas similares en la disciplina: el Magíster en Antropología y Desarrollo (convertido en Magíster de Análisis Sistémico Aplicado a la Sociedad en 2009), y el Magíster en Arqueología. El primero desarrolla un currículum orientado a observar, analizar y discutir los principales temas y problemas emergentes para una comprensión más compleja de la sociedad. Desde 1999 publica ininterrumpidamente la revista MAD.

El Magíster en Arqueología (1997- 2001; 2014 – actualidad), por su parte, es un programa orientado a promover la reflexión crítica e integradora sobre la humanidad, estudiando sus diversos fenómenos sociales, culturales y biológicos tomando como punto de partida la cultura material. Desde 2014 considera un rango temporal amplio que cubre tanto el pasado (prehispánico e histórico) como el presente y aborda la discusión crítica sobre las implicancias sociales, políticas y económicas de los procesos de construcción y manejo del patrimonio cultural arqueológico.

1994

Premio Nacional: Mario Orellana

Historiador de la Universidad de Chile con formación de postgrado en Arqueología, integrante del CEA, socio fundador de la Sociedad Chilena de Arqueología, primer Director y profesor Titular del Departamento de Antropología (en ese entonces Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueológicas) de la Universidad de Chile y Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad. Sus contribuciones a la investigación de la prehistoria del Norte Grande de Chile, a la historia de la arqueología, así como a la introducción de metodologías novedosas, le valieron la obtención del Premio Nacional de Historia en 1994.

2002

Consolidando nuevas áreas: antropología física y colecciones patrimoniales

El nuevo milenio trae la materialización del largo anhelo de abrir la especialidad de Antropología Física como tercera mención de la Licenciatura en Antropología, afianzando la línea inaugurada por Juan Munizaga en el CEA. Unos pocos años más tarde, se salda otra larga deuda del Departamento, la formalización de un Área Patrimonial que permitió hacerse cargo institucionalmente de las colecciones arqueológicas y bioantropológicas que venían acumulándose a partir de los pioneros trabajos del CEA. Actualmente, resguarda colecciones arqueológicas, bioantropológicas y etnográficas de distintas áreas geográficas de Chile y de distintas temporalidades. Tiene como misión conservar, documentar, investigar y difundir este patrimonio haciéndolo accesible tanto investigadoras/es, estudiantes, como a público general.

Entrevista Rodrigo Retamal Entrevista Nicole Fuenzalida

2013

Premio Nacional: Sonia Montecino

Antropóloga de la Universidad de Chile, Profesora Titular del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, una de las Fundadoras y Directoras del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (previamente Programa Interdisciplinario de Estudios de Género) y Vicerrectora de Extensión de la Universidad de Chile. Sus aportes a los Estudios Étnicos y de Identidad Cultural y a la Antropología de Género, la hicieron merecedora del Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 2013.

Nuevos saberes y vida de campus

2015

De 11 estudiantes que tenía el CEA a fines de la década de 1960, a mediados de los 2010 se han multiplicado exponencialmente. Las nuevas generaciones que entran a primer año al Departamento de Antropología, bordean los 80 estudiantes y pronto se transforman en 120. Las instalaciones no dan abasto, cuestión que se comienza a subsanar con la inauguración de un nuevo edificio para la Facultad y de aularios para el campus en el marco del Proyecto Bicentenario. Incluso se construye un sitio arqueológico simulado.

La multiplicación de estudiantes es mucho más acelerada que el crecimiento de la planta académica, aunque esta también registra un aumento, recambio generacional y mayor equidad de género. Los temas que se investigan y enseñan son, por lo tanto, más diversos, abarcando desde el inicio del poblamiento Sudamericano hasta las vivencias de vejez en un pueblo pirquinero, pasando por la antropología del conflicto en los años noventa y el colonialismo republicano chileno en Rapa Nui, por nombrar algunos. La antropología física no es exclusivamente bioarqueología, sino que también aborda problemas contingentes como la nutrición infantil y la composición genética de la población actual. La arqueología excede el ámbito terrestre incursionando en el mundo subacuático, mientras que los estudios de etnicidad ya no se restringen al estudio de distintas etnias. Por el contrario, la llegada de la Cátedra Indígena al Departamento en 2014, marca el trabajo colaborativo entre sabios tradicionales y expertos científicos unidos por la reflexión crítica en torno a la responsabilidad social y compromiso ciudadano con un páis más diverso e integrado. A todo ello se suma la creación del Magíster en Antropología Sociocultural, orientado a promover una antropología atenta a los debates y problemas públicos de la sociedad contemporánea.

2024

Funcionarix, maestrx, estudiante

Durante la última década, diversos fenómenos sociales impactaron al país y al mundo, haciendo parte a todxs lxs integrantes del Departamento. El mayo feminista de 2018 cambió las formas de relacionamiento dentro y fuera del aula, visibilizando las desigualdades de género e impulsando acciones concretas orientadas a la igualdad de derechos. El Estallido Social dejó el campus vacío, excepto para la participación en cabildos; el grueso sin embargo, lo experimentó a nivel barrial. Poco después la pandemia inauguró los vínculos virtuales. Por primera vez dos generaciones de estudiantes iniciaron sus estudios universitarios sin conocerse físicamente ni entre ellxs ni con sus profesorxs ni con funcionarixs. La distancia física hizo valorar todas aquellas instancias comunitarias que han unido a lxs distintos integrantes del Departamento a través del tiempo: el aceitunazo, los campeonatos de fútbol, los terrenos… Así llegamos a 2024 mirando un recorrido de siete décadas heterogéneas, con altibajos, con alegrías y dolores, logros y frustraciones, con más preguntas que respuestas, una historia en permanente construcción, igual que la naturaleza misma de nuestra disciplina.

Trabajo del curso Taller I "El quehacer del antropólogx", Anabel Ulloa, Manuela Díaz, Pía Morales y Martina Espíndola, estudiantes de primer año 2024.

El quehacer del antropólogx

Diarios de campo

Los diarios son una herramienta fundamental del trabajo de campo, allí se registran las experiencias y observaciones que se recogen en terreno y laboratorio. Tanto antropólogxs sociales, como antropólogxs físicos y arqueólogxs los utilizan aunque con diferentes estilos. Aquí reunimos una muestra variada de cuadernos de investigadorxs, profesorxs, egresadxs, y estudiantes, desde la década de 1950 hasta años recientes.

Campañas de Terreno

Los "terrenos" son un elemento inherente a la disciplina antropológica. Desde sus inicios, estudiantes, investigadorxs y profesorxs se han desplazado a distintos puntos del país para realizar estudios de antropología física, antropología social y arqueología en territorios de diferentes comunidades y más recientemente en conjunto con ellas. Chiu Chiu y San Vicente de Tagua Tagua dan cuenta de vínculos que han perdurado por décadas; otras como Los Vilos recién comienzan.

A través del tiempo las salidas a terreno han ido variando tanto en la cantidad de participantes como en sus medios de transporte. Mientras en los sesenta el Centro de Estudios Antropológicos contaba con un jeep adquirido con el Proyecto Chile-California, en los ochenta los grupos ya ocupaban furgones o las clásicas micros azules institucionales de la Universidad. A mediados de los 2000, cursos muy numerosos han requerido del arriendo de más de un bus. En localidades pequeñas, minibuses, furgones y ¡hasta camiones sirven!

Agradecimientos

Agradecemos a todxs quienes compartieron parte de sus archivos para dar forma a esta exposición: egresadxs, colegas, estudiantes, profesorxs y funcionarixs. Especial gratitud al equipo de la Biblioteca Enzo Faletto de la Facultad de Ciencias Sociales por su permanente colaboración.

Bibliografía

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